viernes, 17 de julio de 2009

Teoría 2: Pulso, Acento y Compás


EL PULSO, EL ACENTO Y EL COMPÁS

El pulso musical: es el latido de la música. Elige varias piezas musicales, y trata de encontrar su pulso.

El acento: es la parte que suena más fuerte, al igual que en las palabras, en la música, se observan los acentos. Primero localizamos el pulso y después, notamos que una de esas pulsaciones suena más fuerte: este es el acento.

El compás: se deriva de encontrar el acento. Cuando ya lo tenemos, vemos cuantos pulsos hay entre acento y acento, y esto nos indica, el compás en el que está la pieza música. Nosotros vamos a estudiar los más simples, de dos, tres y cuatro.

Composición musical: consiste en una serie de sonidos placenteros, expresivos o inteligibles de estructura definida y significado de acuerdo a las leyes de la melodía, armonía y ritmo. Componer música consiste en inventarla y escribirla.

Reducida a su forma más simple, una composición musical consiste en una melodía y su acompañamiento. Una melodía consiste en una sucesión de sonidos con organización tonal y rítmica. La base de todas las melodías es la escala musical. El acompañamiento de una melodía musical es una serie de acordes. Un acorde consiste en un conjunto de sonidos de diferente frecuencia, tocados simultáneamente. La armonía es el factor que se refiere a los acordes y su fundamento es la consonancia: cuando se tocan dos o más sonidos simultáneamente y el resultado es placentero al oído, el resultado es la consonancia y en caso contrario la disonancia.

Intervalos y escalas:

La música es el arte de combinar los sonidos en una sucesión temporal. La variedad de tonos que nuestro oído es capaz de percibir es muy elevada. Es preciso elegir ciertas frecuencias o tonos para disponer de un conjunto de sonidos que permitan la construcción de las melodías, es decir, necesitamos de las notas de la escala para componer y ejecutar la música. Una escala es una serie de sonidos que van desde la frecuencia más baja a la más alta siguiendo intervalos de frecuencia definidos. La construcción de la escala musical se realiza a partir de la existencia de la octava. Esta unidad natural se manifiesta al observar, por ejemplo, que una cuerda que vibra en toda su extensión produce un sonido parecido pero más grave que el de la misma cuerda reducida a la mitad de su longitud.

El resultado de la superposición de dos sonidos simultáneos puede ser agradable o desagradable. La experiencia enseña que la sensación producida en el oído no depende de los valores absolutos de las frecuencias de los sonidos, sino de la relación entre ellas. Por ello, se ha denominado intervalo al cociente de dos frecuencias, dividiendo la mayor de ellas entre la menor (tónica o fundamental).

En música es necesario disponer de un número limitado de sonidos (notas), elegidos de entre las infinitas frecuencias, que han de cumplir la doble condición de formar intervalos sencillos con una de ellas, libremente elegida (tónica) y la de que los intervalos entre dos cualesquiera sean también los más sencillos posibles. A esta sucesión de sonidos se le llama escala musical o gama. En el Congreso Técnico Internacional de Acústica (1953), se adoptó para el LA4 una frecuencia de 440 Hz.
La escala musical está formada por la repetición ilimitada de la unidad natural por excelencia: la octava. En la práctica, los límites de la escala están condicionados por la sensibilidad del oído, que es nula por debajo de 20 Hz y por encima de 15000 Hz.

Las denominaciones DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI de las notas que componen la escala diatónica, son las habituales en la notación musical latina, establecidas por el benedictino Guido D´Arezzo (990-1058), a quien se atribuye la invención del actual sistema de solfeo. En la práctica no son suficientes los siete sonidos de la escala natural, pues con frecuencia es necesario modificar el tono de una melodía, es decir, tomar como nota fundamental o tónica una distinta del DO, de modo que a partir de ella, subsista la misma serie de intervalos que define la gama. Para ello es necesario intercalar nuevas notas o alteraciones (bemoles y sostenidos).


Métodos de afinación de la escala diatónica:

Las escalas europeas contienen siete notas sin alteración, no existiendo en rigor ninguna ley fundamental inmutable que justifique la desigualdad de intervalos existente entre un sonido y otro de la escala. Sea cual fuere el método a seguir para la elección de los intervalos que han de formar las siete notas, prima por encima de todo el criterio de la máxima agradabilidad
Las escalas de los armónicos y de las quintas son las que aseguran para los distintos intervalos la máxima agradabilidad posible. Sin embargo, el uso de estas escalas formadas por intervalos cuyas razones de frecuencias son números enteros, resulta inadecuado, puesto que ascendiendo y descendiendo con estos intervalos ideales estaríamos desviándonos continuamente de cualquier escala fija. Esta dificultad puede salvarse si el pasaje se interpreta con instrumentos de entonación libre (violín, viola, trombón, voz humana, etc.), puesto que pueden producir sonidos de cualquier frecuencia. No ocurre lo mismo con instrumentos de entonación fija (piano, órgano, arpa, etc.), puesto que están afinados para determinadas frecuencias solamente.
La escala temperada es una fórmula intermedia entre, por una parte, las escalas de Aristógenes y de Pitágoras, y, por otra parte, la comodidad y las posibilidades manuales de la interpretación musical, lo que permite salvar las dificultades que ofrecen ambas escalas de intervalos perfectos. Tras varias tentativas, el procedimiento adoptado actualmente para su construcción se debe a Chladni. Consiste en establecer un intervalo constante, llamado semitono, que constituye la unida mínima de la escala cromática temperada. Su valor es 21/12 = 1.0594631. En la escala temperada, la octava se divide en doce intervalos en los cuales la razón de frecuencias es:
1, f, f2, f3, f4, f5, f6, f7, f8, f9, f10, f11, f12, donde f12 = 2 o f = 21/12
Si bien la escala temperada no contiene intervalos perfectos, resulta más regular frente a las de Aristógenes y Pitágoras. La afinación temperada da una excelente aproximación a los intervalos perfectos, siendo esta aproximación la misma en todas las tonalidades. J. S. Bach fue uno de los primeros defensores de la afinación temperada. En definitiva, con la afinación temperada se consigue que todas las tonalidades estén afinadas (o si se prefiere, desafinadas) por igual.

Consonancia y disonancia:

La obtención de combinaciones de frecuencias agradables al oído ha sido una constante de la composición musical, en la cual se ha buscado unánimemente que los sonidos emitidos de forma simultánea gozaran de cierta fusión que diera homogeneidad a la percepción armónica. Tradicionalmente, a los sonidos que cumplen esta condición se les llama consonantes.
Por el contrario, la disonancia entre dos o más sonidos tiende a considerarse no como un fenómeno positivo, sino como una falta de consonancia, asociándolo siempre a la idea de sonido desagradable, puesto que adolecen de esa unidad y coherencia necesarias entre ellos. El oído formado musicalmente es capaz de distinguir lo que se entiende por un sonido consonante, de uno que no lo es. Los armónicos séptimo, noveno, undécimo, decimotercero, decimocuarto o decimoquinto de una frecuencia dada, producen una sensación desagradable, y por tanto son disonantes dentro del conjunto sonoro.


Textura Musical: mediante el sentido del tacto podemos apreciar la textura de los objetos o las superficies: rugoso, liso, suave, áspero. En música la textura es un concepto más complejo porque los sonidos no se pueden tocar, no se pueden definir con el tacto. Podemos definirla entonces como la manera de mezclar o entretejer las distintas melodías, voces o instrumentos. A continuación lo comprenderás.


Texturas Musicales:
Monofonìa o Monodía: es la más simple de las texturas. Consiste en una sóla línea melódica, sin armonía ni acompañamiento. Cuando estamos cantando bajo la ducha, cuando en un coro cantan todos la misma melodía en el mismo tono (unísono), o cuando todos tocamos en clase con la flauta la misma canción... todos éstos son ejemplos de monodía o monofonía.
Homofónica: en esta textura participan varias voces o instrumentos, como en la polifonía, pero a diferencia de ésta, las voces no son independientes, sino que se relacionan y avanzan de manera compacta, a un ritmo semejante, manteniendo relaciones verticales en la partitura y formando acordes. También se pueden identificar como varias melodías de distinta altura, pero que avanzan a un ritmo semejante.
Polifonía: en esta textura varias melodías discurren al mismo tiempo, teniendo la misma importancia y cierta independencia, hablamos de polifonía (poli= varias; fonía= sonidos o melodías). Las obras polifónicas son más complicadas de escuchar, pues un oyente inexperto puede perderse entre las distintas melodías.

Un tipo especial de polifonía es el contrapunto o imitación. Un mismo tema entra escalonadamente en las distintas voces con varios compases de desfase, de manera que se imitan o persiguen, creándose un efecto musical muy bello.
El contrapunto más sencillo es el canon, donde el tema se imita de manera literal

En la Fuga, en cambio, la melodía imitada sufre transformaciones en su transcurso, partiéndose en pequeños trozos, alargando o acortando sus valores rítmicos, invirtiendo su direccionalidad e incluso apareciendo de atrás para adelante. Todas las transformaciones que experimenta el tema, o sujeto de la fuga, son imitadas por las voces restantes. Por lo general, la fuga se escribe para cuatro voces o instrumentos distintos.

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